Si analizas tus hábitos de compra, podrás tener mejores elementos para tomar decisiones de consumo que te permitirán aprovechar tus recursos al máximo y obtener los mayores beneficios por tu dinero. La actitud es un punto clave, ya que eres tú quien decide en qué gastar y cómo hacerlo. Generalmente pasamos de un comportamiento a otro como consumidores. Reflexionemos con cuál de las siguientes categorías nos identificamos con mayor frecuencia:

• Consumidor ordenado: tus gastos y consumos parten de una planeación; tienes muy claro lo que vas a adquirir y cuánto te va a costar. Por lo general no gastas más allá de tus ingresos.

• Consumidor de oportunidades: gustas de recorrer todos los pasillos o tiendas en busca de ofertas; sin embargo, es importante saber que éstas no son necesariamente la mejor compra.

• Consumidor tradicional: casi siempre compras lo que acostumbras y ya no contemplas nuevos productos o marcas que te pueden ofrecer mejores condiciones.

• Consumidor de moda: te gusta comprar lo que se pone de moda, dándole importancia a las marcas, fijándote poco en los precios y los resultados de tus compras.

• Consumidor impulsivo: no planeas, compras de acuerdo con lo que ves, te gusta y deseas. Te dejas llevar por tus impulsos sin pensar en las consecuencias de los gastos.